Archivo diario: junio 17, 2024

Eduardo Ramírez Aguilar el más votado en la historia de Chiapas

A Fuego Lento.
Por: Alberto Ramos García.

Hablar del triunfo de Eduardo Ramírez Aguilar es hablar de la confianza de las y los chiapanecos; el 2 de junio no sólo le dieron su voto, también fue un voto de esperanza.

Lalo tiene una expectativa muy alta que cumplir, primero porque tiene el compromiso de cumplirle a los casi dos millones de chiapanecos que confiaron en él; por supuesto que, el gobernador Rutilio Escandón ha dejado las bases y un precedente.

Los resultados de las votaciones son históricas y el triunfo es contundente, es innegable la legitimidad con la que llegará al gobierno de Chiapas en diciembre de este año; los cerca de dos millones de chiapanecos votaron por Eduardo Ramírez estoy seguro que no erraron.

El Jaguar ha demostrado ser un político que suma, de conciliación y de soluciones; pero también ha demostrado que es un amigo, hijo, esposo y papá.

En la memoria inmediata no recuerdo a un gobernador que fuera tan abierto con su seno familiar: su esposa Sofía y sus hijas lo acompañan y lo acuerpan a donde quiera va. El compromiso es aún mayor, no puede defraudar a Chiapas ni a su familia, porque también han dado la cara con él.

Eso también hay que aplaudir, si bien el triunfo en las urnas se centra en su persona, el verlo rodeado de su esposa e hijas expone su estabilidad y compromiso como ser humano, habla de sus principios y de la importancia que juega la familia.

Eduardo Ramírez debe gran parte de su formación a su crianza en el seno de una familia trabajadora en Comitán, a la lucha por obtener una oportunidad de participación política, y por supuesto, al deseo innato de superación personal y profesional.

A el Jaguar nada se le ha regalado, sus triunfos y derrotas son propias, porque hasta de las derrotas ha aprendido. Seis años después de esperar paciente la oportunidad de representar a su estado le sirvieron para pulir sus cualidades.

Por primera vez, iniciaremos un gobierno que trae la radiografía completa de lo que pasa en el Estado, Eduardo es un político de metas y rutas bien definidas; por eso, habla de estrategias definidas a corto y mediano plazo.

Lo acuerpan personas muy bien experimentadas y preparadas: periodistas, académicos, profesionistas, empresarios y políticos. Si Chiapas ha carecido de algo, es precisamente de personas capaces profesionalmente de desempeñar un encargo, y esa ha sido la piedra en el zapatos de varios gobernadores.

Entre líneas…

El gobernador elector sostuvo un un encuentro con el doctor Luis Miguel Martínez, presidente del Instituto Nacional de Administración Pública, para establecer la metodología de la nueva administración pública de Chiapas, que entrará el próximo 8 de diciembre.

A través de sus redes sociales, Eduardo Ramírez escribió: el profesionalismo de las y los servidores públicos será fundamental para la construcción de la nueva era. Ellas y ellos deberán, no solo tener conocimiento, sino también compromiso social y, sobre todo, caminar en un solo objetivo, que es, trabajar en la transformación de nuestro estado.

P.D. En Chiapas, Eduardo Ramírez le dio carro completo a Morena.

* Senadurías
* 13 diputaciones federales
* Mayoría del Congreso Local
* 86 Municipios

En memoria del amigo Juan Pablo Montes de Oca.

Nos leemos en mañana , Dios mediante, y recuerden, nadie en la historia democrática de Chiapas ha resultado tan legitimado en las urnas como Eduardo Ramírez

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Cambios en la subsecretaría de Seguridad Pública.

José Adriano Anaya.

Este fin de semana fue nombrado el general Humberto Cerón Martínez como sub-secretario de seguridad pública en sustitución de Francisco Orantes Abadía, quien ha sido citado en innumerables ocasiones como el enlace del gobierno con los grupos de la delincuencia organizada. Este nombramiento despertó la especulación en dos sentidos: primero si este es el primer nombramiento que realiza el gobernador electo Eduardo Ramírez Aguilar, en donde el general es una especie de avanzada como subsecretario y, posteriormente, ya constituido
el nuevo gobierno, va a ser nombrado como secretario de seguridad, aspecto que se queda en la simple especulación; la segunda incógnita es sobre los resultados que se esperan, en donde existe una tendencia de nombrar a militares como secretarios o directores de seguridad en los
municipios y en las entidades, como si el nombramiento de un militar es en sí una garantía de seguridad, aspecto que no se ha podido comprobar con la militarización de la Guardia Nacional, en donde la delincuencia organizada no solo no ha disminuido sino que ahora tiene el control de gran parte del territorio de México.
La situación de inseguridad en Chiapas no está para experimentos, y se requiere de la toma de decisiones inmediatas, para demostrar que fue correcto el cambio de funcionarios y no es
solo una decisión de gatopardismo, en el que todo seguirá igual.
El cambio de funcionarios en la secretaría de seguridad no es suficiente para mandar una señal en la que el gobierno está interesado en mejorar las condiciones de seguridad en Chiapas. Sobretodo, porque estos cambios deben de estar acompañados por una investigación con la debida diligencia, para deslindar responsabilidades, sobre los vínculos de servidores públicos con la delincuencia organizada y particularmente sobre el destino
de los sobornos que reciben de manos del crimen organizado.
El nombramiento del general Cerón Martínez es insuficiente, tomando en cuenta, que en el
letrero que había en el colgado en el puente a la salida de Tuxtla Gutiérrez, claramente se menciona el nombre de Gabriela Zepeda, secretaria de seguridad, dentro de los responsables de brindar protección a la delincuencia, pero también se menciona el nombre del director de la policía fronteriza, que sobre la base de los hechos, sustituyó a Orantes Abadía como el enlace con los cárteles. Situación que muestra cómo esa dependencia se encuentra en la pudrición, y que requiere urgentemente de
una limpia estructural y no solo el de un nombramiento.
En los antecedentes del general Cerón Martínez se encuentra el de ser un alto mando militar en
Sinaloa, en el momento en que se vivió el culiacanazo, que condujo a la liberación de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán,
considerado como el mayor fracaso del gobierno del presidente López Obrador en materia de
seguridad, en el que el presidente asumió la responsabilidad de haber ordenado esa liberación.
La mejora de la seguridad en Chiapas y la disminución de la violencia en la entidad, no está
en el nombramiento de militares como funcionarios de la secretaría de seguridad sino en una estrategia integral, que aborde la magnitud de este problema. El crecimiento de la delincuencia organizada en Chiapas se debe
a varios factores, por eso se requiere de una política pública que aborde y de respuesta a cada uno de esos factores de manera integral, y no en decisiones aisladas, como es la simple remoción de funcionarios, decisión que debió de ser tomada, cuando fueron filtrados los nombres
de los funcionarios señalados de vender protección y estar al servicio del crimen organizado, aspecto que sigue latente, en razón de que solo se realizó un nombramiento y no un cambio de imagen de toda la secretaría
de seguridad.

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